La Ley de las dos fases de todas las enfermedades
Cada enfermedad se desarrolla en dos fases, siempre
que exista solución del conflicto
NORMOTONÍA
Es el estado de nuestro ritmo
normal día-noche. Como se muestra en la figura de arriba, la
"simpaticotonía" se alterna con la "vagotonía". Los
términos se refieren a nuestro Sistema Nervioso Autónomo (SNA), el cual
controla las funciones vegetativas tales como el ritmo cardiaco o la digestión.
Durante el día nuestro organismo se encuentra en un tono de estrés simpático
tónico ("lucha o huida"), mientras en el sueño se encuentra en
un tono de descanso vago tónico ("descanso y digestión").
Un conflicto inesperado o DHS interrumpe
inmediatamente el ritmo normal día-noche, e inicia la fase activa del
conflicto. El choque dispara el inicio de un Programa Biológico Especial y
Significativo, que permite al organismo (psique, cerebro y órgano)
incrementar el funcionamiento diario y enfocarse de lleno en contender con la
situación imprevista.
- Nivel
Psíquico: La
fase activa del conflicto es experimentada como estrés emocional y
ocupación mental constante sobre el conflicto.
- Nivel
Vegetativo: Durante la fase activa del conflicto el sistema nervioso se
encuentra en simpaticotonía constante, un ritmo del día continuo. Insomnio,
falta de apetito, pérdida de peso, ritmo cardiaco acelerado, presión
sanguínea elevada, disminución del azúcar en la sangre, o náuseas son
los síntomas típicos de la fase AC. A esta fase se le llama también fase
FRIA, porque durante el estrés los vasos sanguíneos se constriñen dando
como resultado manos y pies fríos, temblores, escalofríos, piel y sudores
fríos. Desde un punto de vista biológico, el tono de estrés prolongado,
particularmente las horas extras en vigilia y la preocupación por el
conflicto, generan condiciones ideales para resolverlo.
- Nivel
Cerebral: La
lesión en el cerebro o Foco de Hamer aparece en un escáner
cerebral como un grupo de anillos definidos en diana. La localización de
la lesión está determinada por la naturaleza exacta del conflicto. El
tamaño, por la intensidad y duración del conflicto (masa conflictual).
- Nivel
Orgánico: Los
órganos dirigidos por el cerebro antiguo (tallo cerebral y
cerebelo) tales como el colon, los pulmones, el hígado, o las glándulas
mamarias, muestran multiplicación celular (crecimiento tumoral). Los
órganos dirigidos desde el cerebro (médula cerebral y corteza
cerebral), tales como los huesos, los nódulos linfáticos, los bronquios, o
el cérvix, muestran decremento celular en forma de osteolisis,
necrosis o ulceración.
Si no somos capaces de resolver el
conflicto, o si no se puede alcanzar una solución viable (Ej. No podemos dejar
nuestro trabajo o una relación triste), tenemos la oportunidad de degradar
conscientemente el conflicto, ya sea de manera intelectual, psicológica o
espiritual. Degradando el conflicto disminuimos su intensidad
y, consecuentemente, los síntomas tanto a nivel cerebral como orgánico. Podemos
vivir con dicho conflicto reducido hasta una edad avanzada, por ejemplo, con un
tumor en el colon, siempre y cuando no cause ninguna obstrucción mecánica, o no
esté involucrado un órgano productor de hormonas como por ejemplo la tiroides.
Pero tenemos que tener en mente que transformar un conflicto en un conflicto
pendiente sólo puede representar una segunda mejor alternativa, porque la
curación sólo puede lograrse cuando el conflicto se resuelve por completo.
El Objetivo de la Terapia en
la Germánica Nueva Medicina ® es identificar el DHS original y encontrar
una solución al conflicto que sea tan real y práctica como sea posible. Por
ejemplo, un hombre que pierde su negocio y sufre una pérdida de territorio,
debe encontrar una nueva ocupación; el choque provocado por un inesperado y
temprano retiro laboral puede ser resuelto estableciendo un nuevo dominio, como
el unirse a un club o realizar un pasatiempo largo tiempo aplazado. Tan pronto
como el conflicto es resuelto, la curación sigue su curso natural.
La solución del conflicto es
el punto crucial que inicia la fase de curación. Como la fase activa del
conflicto, el progreso de la fase de curación se lleva a cabo de manera sincrónica en
los tres niveles.
- Nivel
Psíquico: La
solución del conflicto viene acompañada de un sentimiento de gran alivio.
- Nivel
Vegetativo: El
tono vegetativo cambia instantáneamente a una vagotonía prolongada,
un ritmo de noche continúo. Fatiga, debilidad y buen apetito son los
síntomas típicos. La fase de curación es también llamada Fase
TIBIA, porque durante la vagotonía los vasos sanguíneos son dilatados
dando como resultado manos y piel tibias, y posiblemente fiebre. Desde un
punto de vista biológico, el tono de descanso prolongado, particularmente
la fatiga y el buen apetito, ayudan al proceso de reparación y
restauración de la salud.
- Nivel
Cerebral: Paralelamente
a la psique y al órgano, la lesión cerebral también comienza a
sanar. Durante la primera parte de la fase de curación (pcl-fase A)
son atraídos al área agua y fluido seroso, creando un edema
cerebral para proteger al tejido cerebral durante el proceso de
reparación. Es este aumento de volumen del edema cerebral el que produce
los síntomas de curación cerebrales típicos como dolores de cabeza, mareos
o visión doble. En un escáner cerebral, los anillos diana definidos
que yacen bajo el edema aparecen borrosos, indistintos y oscuros en la
fase de solución.
Es iniciada en el punto más
bajo de la fase de curación. Con el inicio de la crisis el individuo es
instantáneamente llevado hacia la fase activa del conflicto con sus
síntomas típicos de estrés como temblores, sudores fríos o náusea. ¿Cuál
es el propósito de esta repentina recaída en el conflicto? A la altura de
la fase vagotónica, el aumento de volumen del edema cerebral ha
alcanzado su máximo tamaño. En este momento exacto, el cerebro activa una
presión de estrés breve y potencialmente intensa que presiona el edema hacia
afuera. Esto es seguido de una fase urinaria durante la cual
el cuerpo elimina todo el exceso de fluido que fue almacenado durante la
primera parte de la curaciónpcl- fase A. Cada tipo de conflicto y cada
tipo de enfermedad tiene un tipo específico de crisis epileptoide. Los ataques
cardiacos, los shocks, las crisis asmáticas, los ataques de migraña y las
crisis epilépticas son sólo algunos ejemplos de esta crisis de curación.
Después de la crisis epileptoide, el paciente recupera fuerza gradualmente y
está en camino directo a la normalización.
Después de que el edema cerebral ha
sido expulsado, se inicia la segunda parte de la fase de curación (pcl-fase
B). Ahora la neuroglía, tejido conectivo que siempre está presente en el
cerebro, se instala en el sitio para terminar la reparación de la lesión
cerebral provocada por el choque del DHS. La masa de acumulación de las
células de la neuroglía está determinada por la intensidad y duración de la
precedente fase activa del conflicto. Es este almacenamiento de
neuroglía lo que comúnmente se llama tumor cerebral
Nivel del Órgano: Durante la
fase de curación, los tumores dirigidos por el cerebro antiguo (tallo
cerebral y cerebelo) como los de colon, pulmones, hígado o glándulas mamarias,
que se desarrollaron durante la fase de conflicto activo son degradados por hongos
y micobacterias especializados. Si no se dispone de los microbios
necesarios, el tumor permanece en su lugar y se encapsula sin realizar más
división celular. La pérdida de células dirigida por el cerebro (médula
cerebral y corteza cerebral) como la osteoporosis, la necrosis de ovario o la
ulceración en el estómago, que ocurrieron durante la fase activa de conflicto (diagrama)
es rellenada, restituida y reconstruida con la ayuda de bacterias ovirus especializados.
En general, la fase de curación
es considerablemente más peligrosa que la fase activa del conflicto.
Debido a que la fase de reparación frecuentemente está acompañada de aumento de
volumen, inflamación, infecciones, fiebre y dolor, la mayoría de estas
enfermedades se detectan cuando ya están sanando.
La duración y severidad de la
fase de curación están determinadas por la intensidad y duración de la
precedente fase activa del conflicto, por la seriedad de la crisis
epileptoide, y las complicaciones o recaídas del conflicto durante la fase de
curación (raíles).
Debido a que la medicina convencional
falla en reconocer el patrón bifásico de cada enfermedad, los doctores
convencionales sólo ven una de las dos fases. Ellos ven ya sea un paciente
estresado con un tumor en crecimiento (fase activa del conflicto), sin saber
que hay una fase de curación más adelante, o ven a un paciente con fiebre,
infección, inflamación, descarga, dolores de cabeza u otros (fase de curación),
ignorando la precedente fase activa del conflicto. Revisando sólo una de las
dos fases, los síntomas que pertenecen a una fase son vistos como una
enfermedad en sí misma, por ejemplo la osteoporosis o la angina de pecho, que
sólo ocurren durante la fase activa del conflicto, o la artritis, el
linfoma y el cáncer cervical que sólo ocurren en la fase de curación.
Esta falta es particularmente trágica
cuando un paciente que cursa la fase de curación es diagnosticado de un
cáncer maligno, aunque de hecho éste sea un tumor en curación que
naturalmente se degrada durante el curso del proceso de curación. Si la
medicina convencional tomara en cuenta al cerebro como el lugar desde donde se
origina y se controla la enfermedad, reconocería que las dos fases son una sola
enfermedad, verificable por un escáner cerebral en el que el Foco
de Hamer se encontraría en el mismo lugar en las dos fases, indicando si
el paciente está todavía en conflicto activo (anillos concéntricos en diana) o
se encuentra ya sanando (anillos edematosos).
En el momento del choque del
conflicto (DHS), la mente se encuentra en un estado de atención agudo.
Altamente alerta, nuestro subconsciente recoge todos los componentes que rodean
al conflicto, tales como sonidos, olores, gente y objetos, y los almacena hasta
que el conflicto se ha resuelto totalmente. Las huellas que quedan como
consecuencia del DHS son llamadas raíles. Si estamos en la fase de
curación y de repente activamos uno de los raíles, ya sea por contacto
directo o por asociación, el conflicto se reactiva e instantáneamente somos
llevados hacia la fase activa del conflicto. Esta recaída del conflicto es
llamada comúnmente alergia o reacción alérgica. El alérgeno
puede ser una sustancia en la comida, cierto polen, cabellos de animales, algún
perfume, la ex esposa, un colega, quien sea o lo que sea que hubiese estado
involucrado cuando ocurrió el choque del conflicto. Usualmente la actividad de
recaída del conflicto es corta. Lo que llamamos alergia como flujo nasal, asma
o ruboración son ya, de hecho, síntomas de curación. El propósito biológico de
la alergia es servir como advertencia, de manera que se pueda evitar
experimentar la misma situación peligrosa por segunda ocasión. En la
naturaleza, estos sistemas de alarma son vitales para la supervivencia.
Ejemplo: Una alergia al pelo
de animal puede expresarse como eczema si la persona en cuestión estuvo
sosteniendo a una mascota cuando experimentó un conflicto de separación. El
cabello del animal sirve como raíl, provocando episodios repetitivos de eczema
hasta que el conflicto no se resuelva Cuando la exposición al pelo de animal
produce tos u otros desórdenes bronquiales entonces podemos concluir que la
mascota estuvo involucrada (posiblemente como refugio) cuando un conflicto de
miedo territorial se llevó a cabo, por ejemplo, cuando un niño tiene miedo de
perder a uno de sus padres debido a que estos se divorcian.
Los raíles siempre tienen que tomarse
en consideración cuando estamos enfrentándonos acondiciones recurrentes como
migrañas, crisis epilépticas, hemorroides, infecciones de vejiga o resfriados
recurrentes. Cualquier recaída de cáncer tiene que ser vista
desde esta perspectiva. Los raíles también juegan un papel principal en condiciones
"crónicas" como la arteriosclerosis, la artritis, el
Parkinson o la Esclerosis Múltiple.
Un conflicto que está continuamente
en resolución debido a recaídas repetitivas es llamado una
curación pendiente. Por lo tanto en la Germánica Nueva Medicina ®,
reconstruir el evento del DHS junto con todas sus pistas es una medida
terapéutica significativa.
Al completarse la fase de curación se
reestablecen la normotonía y el ritmo día-noche normal. Después
de la fase de curación los tejidos y órganos involucrados son más fuertes que
antes. Éste es de hecho el propósito biológico. Debido a que el conflicto
particular es ahora un punto vulnerable, el tejido fortificado sitúa al
individuo en una posición mucho mejor en caso de cualquier repetición de otro
DHS de esa naturaleza. En una Tomografía Computarizada del cerebro la
cicatriz de una lesión cerebral curada aparece como un pequeño anillo
que desaparece con el tiempo.
© Dr en Medicina. Magister en Teología. Ryke
Geerd Hamer
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