viernes, 5 de julio de 2013

Aproximación a la Medicina Homeopática según Ramatís

La explicación de Ramatís canalizada por Hercilio Maes en el libro “Fisiología del Alma”  nos abre un panorama para el entendimiento de la salud y la enfermedad. Dentro del libro se tratan varios temas, esta vez me gustaría tocar el que explica la homeopatía.

Ramatís dice:

“Pregunta: Antes que nos trasmitáis vuestras consideraciones sobre la eficacia del tratamiento homeopático, prometidas hace mucho, desearíamos que nos explicaseis cómo se originan las molestias, particularmente en el mundo oculto de las fuerzas que alimentan el pensamiento y el sentimiento.

Ramatís: La salud y la enfermedad, son producto de la armonización y desarmonización del individuo con las leyes espirituales que actúan desde el mundo oculto sobre el plano físico. Las molestias, por tanto, ponen de manifiesto en el mundo psíquico e invisible a los sentidos de la carne, cuando ¡el alma está enferma! La cantidad de cólera, envidia, lujuria, codicia, celos, odio o hipocresía que el espíritu haya acumulado imprudentemente en el presente o en las existencias físicas anteriores, forman un patrimonio “morbo psíquico”, una carga insidiosa y tóxica que, en obediencia a la ley de la Armonía Espiritual, debe ser expurgada de la delicada intimidad del periespíritu. El mecanismo ajustador de la vida, actúa drásticamente sobre el espíritu que incurrió en falta, al mismo tiempo que el fardo de sus fluidos nocivos y enfermos se van difundiendo por su cuerpo físico.

Durante el período gestatorio de la nueva encarnación, esos residuos psíquicos venenosos provenientes de energías gastadas mórbidamente, se condensan gradualmente en el cuerpo físico a medida que éste crece y, por fin, lesionan las regiones orgánicas que por hereditariedad sean más vulnerables. Ese proceso mediante el cual el espíritu drena su psiquismo enfermizo a través de la carne humana, la Medicina lo estudia y lo clasifica bajo grave terminología técnica, preocupándose más de las “enfermedades” que de los “enfermos”. Aunque la ciencia médica clasifique ese drenaje en su nomenclatura bajo la denominación de lepra, pénfigo, sífilis, tuberculosis, nefritis, cirrosis o cáncer, se trata siempre de un espíritu enfermo que evacua en la carne su carga residual psíquica y deletérea que acumuló en el pasado o en el presente”

Fisiología del Alma. Cap. Salud y Enfermedad. Ramatís. (Hercilio Maes)

Esta declaración tiene una intensa relación no solo con la homeopatía  sino con la Nueva Medicina Germánica. Este aporte nos puede servir además para diferenciar a ambas doctrinas, si bien ambas tienen muchísimo en común, en especial que no atacan la enfermedad sino que la ayudan a manifestarse. En la Homeopática se manejan con dosis infinitesimales que hacen expeler del psiquismo el potencial peligroso generado por una mente recargada de residuos nouricos.
Los residuos nouricos o del pensamiento se acumulan vida tras vida en el ser, generando trabas energéticas que no sólo afectan al cerebro, sino además al sistema linfático, el nervioso, el endócrino y el circulatorio.

La tarea homeopática radica en la neutralización de las perturbaciones mentales y en la descarga residual de aquellas, pero para ello es necesario un buen apuntalamiento psicológico.
La terapia psicológica aislada, en cambio, no se enfrenta con esa descarga orgánica y no interviene en el mecanismo biológico, sino que recepciona el conflicto interno y ayuda a transmutarlo hacia adentro.

Ambas posturas en general van disociadas, la medicina por un lado y la psicología por otro, pero ambas se encuentran interligadas en la homeopatía.

Ramatís: El médico homeópata experimentado, integrado suficientemente en su función terapéutica, estudioso de las leyes espirituales, a pesar de ser un científico limitado por los cinco sentidos, casi siempre es un ser intuitivo y de sensibilidad psíquica agudizada, capaz de sondear al enfermo, no solamente en función de su molestia, sino también en su todo “cuerpo y alma”, o sea, de conformidad con lo que el enfermo piensa y siente, y cómo actúa. Su tarea consiste en individualizar el remedio más afín y en mayor sintonía con su carácter, con su temperamento y con el todo psíquico de su paciente. Se preocupa mucho más por el enfermo que en diagnosticar su enfermedad.

Fisiología del Alma. Cap. La Terapéutica Homeopática. Ramatís. (Hercilio Maes)

 El medico homeópata debe ser en realidad mejor psicólogo que médico, y allí radicará su efectividad. El dinamismo homeopático ayuda a expeler las condensaciones fisiológicas con dosis mínimas que no avanzan sobre la enfermedad, que no irritan a la célula, no la atacan, sino que la inducen a un proceder paulatino de recepción eterica, de sintonización con la célula eterica y de esta forma permite que tanto el cuerpo como el espíritu aprendan de la enfermedad.

La medicina germánica de Ryke Hamer, va un poco más allá. Si bien no posee un contenido conceptual demasiado metafísico su concepción de la realidad en cuento a la salud y a la enfermedad, le ha otorgado a la medicina la comprensión necesaria para abordar cualquier síntoma, ya que cada proceso biológico enfermizo está constituido de tres partes interactuantes, la psiquis, el cerebro y el órgano afectado conectado al cerebro, pero con un cerebro propio.

Este cerebro propio que tiene cada órgano correlaciona con la parte psíquica a través del cerebro craneal y reacciona al unísono en cada proceso. Por lo tanto ya no debemos hablar más de un solo cerebro sino de varios que interactúan entre sí en una forma todavía desconocida para la ciencia actual.

Por otro lado, esta nueva medicina aclara sobre el punto de que los síntomas no son más que la exudación de un proceso previo que se está solucionando. Observemos cuanta similitud con las palabras de Ramatis. Esta forma de ver la cosa ha otorgado un mapa donde la enfermedad ya no se ubica como un problema a atacar sino como parte de la solución.

Para que esta solución lleve su curso naturalmente existen diferentes medios como infinidad de seres existen en el universo, uno de ellos puede ser la alopatía que en realidad posterga demasiado el conflicto, lo retrasa, lo colapsa sin dejarlo fluir y tal vez hasta lo archive para otra existencia, provocando el rebrote de otras dolencias que en realidad son la manifestación de esa traba o contención a la enfermedad, otro medio podría ser la homeopatía, hay muchas formas de curarse, pero solo hay una manera de afrontarlo y es con amor hacia uno mismo.

La curación alopática es un confiar en otro, mientras que la homeopática, la fitoterapia, la naturopatia y  la nueva medicina germánica son un confiar en uno mismo, porque la curación debe partir de uno. Es ilógico creer que una pastillita puede curarme cuando el problema fue originado en mi mente, en mi espíritu; la pastilla, y cualquier otra cosa nunca podrán llegar hasta mi espíritu, solo Yo puedo hacerlo, porque la mente debe resolverse a sí misma.

Teniendo esto en cuenta no será difícil entender cómo, la alta dosis homeopática, y según conceptos de Ramatís: “tiende a concentrarse rápidamente en la región áurica del cráneo, convergiendo vigorosamente hacia la región cerebro-espinal, diseminándose, poco a poco por las zonas de los plexos nervioso braquial, cervical y dorsal, para, en seguida, alcanzar el plexo solar en la región abdominal”, lo que nos da a entender que los órganos están gobernados no solo por los diferentes sistemas, sino por centros vorticiales  que se conectan directamente con el cerebro del órgano, siendo este último el receptor tanto de las influencias externas como de las que provienen del Astral. ¿De qué forma se comunicarán estos vórtices energéticos con el cerebro de cada órgano? ¿De qué manera el cerebro craneal dirigirá y será dirigido por estos chakras?

Dinamizar es acelerar algo, y las dosis homeopáticas aceleran a nivel eterico, electrónico y magnético las emanaciones áuricas. Estas aceleraciones son, y según las palabras del propio Ramatís, radiactivar, es decir acelerar la fuga de energía condensada. Bien sabrá aquel que haya leído a Pietro Ubaldi que la radioactividad está dentro de los fenómenos de sutilización de la materia, y así diría él en su Libro La Gran Síntesis:

“La radioactividad es, en efecto, una cualidad que aparece sólo en los elementos del último grupo. Ahora sabéis que constituye una forma de disgregación de la materia, de modo que comprobareis este extraño fenómeno: que con el aumento del peso atómico, esto es, del grado de condensación de la materia, aumenta aquella radioactividad que en la materia existe, precisamente más manifiesta en su última forma. La condensación lleva, por lo tanto, a la radioactividad, es decir a la disgregación.

 La materia, derivada por condensación de Energía, una vez logrado un máximo de condensación en su proceso de descenso involutivo, hasta las formas de peso atómico máximo, vuelve sobre su camino, invirtiendo la dirección a manera de ascenso evolutivo; tiende a disolverse, retornando a Energía. La radioactividad es, en efecto, la propiedad de emitir radiaciones especiales en forma de calor, luz, electricidad, vale decir energía. Y ésta, contrariamente a las leyes que conocéis, no se alcanza por el ambiente, por otras formas dinámicas, sino que es producida constantemente sin que puedas establecer otro origen fuera de la materia en esta de disociación.

Este hecho desmiente vuestro dogma científico de la indestructibilidad de la materia y conforma el da la indestructibilidad de la substancia.”

Pietro Ubaldi. La Gran Síntesis. Cap. XVIII.
EL ETER, LA RADIOACTIVIDAD Y LA DISGREGACION DE LA MATERIA

Mejor no podría haberse explicado, y esto nos sirve para dar cuenta de la importancia en los procesos en donde la medicina es integral. La homeopatía por su parte ayuda a revertir el flujo condensador en resonancia con los procesos de espiritualización en donde la electricidad y el magnetismo juegan un papel fundamental y en donde la quantizacion de energía, es decir, el quantum tan comentado y teorizado por Einstein en su efecto fotoelectrico, ni siquiera es imaginado dentro del cuerpo humano.

Escrito por: Mariano Martinez

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